El envejecimiento no solo está condicionado por nuestro material genético y por los factores ambientales a los que nos exponemos cada día. Nuestro reloj biológico también interviene en la forma que tenemos de envejecer.
Durante mucho tiempo hemos creído que, según la carga genética heredada de nuestros progenitores y nuestros hábitos de vida, podríamos estar predispuestos a determinadas patologías y envejeceríamos de una forma u otra.
Hoy sabemos que existe un tercer agente implicado, nuestro reloj biológico.
Según nuestra edad biológica, que no cronológica, nuestro organismo es capaz de expresar determinados genes y suprimir la expresión de otros, para permitir que nuestras células realicen su trabajo de forma habitual e impedir la aparición de mutaciones que deriven en enfermedades.
Nuestro reloj biológico actúa como interruptor, permitiendo la expresión de determinados genes.
Con el envejecimiento, se produce una disrregulación de esos interruptores que todos tenemos y a nuestras células les cuesta activar determinados genes y expresar determinadas proteínas, que son utilizadas para hacer frente a los agentes agresores externos a los que nos exponemos cada día.
Existe una nueva disciplina llamada Epigenética, que estudia el flujo de información entre una secuencia constante de nuestro ADN, hacia la variabilidad de los distintos patrones de expresión, que se pueden derivar de ella. Y la Dra. Carlota Hernández ha comenzado a estudiarla.
Si actuamos sobre la epigenética, podemos detener o revertir ese reloj biológico, para que el organismo trabaje como cuando era mas joven.
Porque además del paso del tiempo, también la contaminación, la exposición solar masiva y otros agentes externos, pueden inducir cambios epigenéticos actuando sobre ese interruptor.
Actualmente contamos para el cuidado de nuestra piel, con nuevas moléculas capaces de actuar a nivel epigenético cuando las administramos de forma tópica, obteniendo una disminución del 25% en los niveles de microRNA y esto permite un aumento del 10% en el proceso de transcripción de nuestro DNA, imprescindible para la síntesis de los diferentes componentes de nuestra piel.
Seguro que en un futuro breve, dispondremos de nuevos conocimientos y tratamientos que nos permitan afrontar con éxito el proceso de envejecimiento. Pero mientras tanto, no queremos dejar de recordarles, algunos de los consejos que en la clínica Arts Médica, le damos a nuestros pacientes para que luzcan una piel radiante:
CUIDADOS para una BUENA PIEL y unos EXCELENTES RESULTADOS
- PROTEGERLA de la RADICIÓN ULTRAVIOLETA (UV):
Demasiado sol acelera el proceso de envejecimiento cutáneo, provocando la aparición temprana de manchas arrugas y flacidez. El mejor cosmético antienvejecimiento es una buen protector solar, que debe utilizarse todo el año y tener un factor 50 o más. El uso de gafas solares, sombreros con visera y ropa que cubra las zonas más expuestas, también serán unos buenos aliados.
- DEJAR de FUMAR:
Las toxinas que contiene el huno del tabaco, así como los radicales libres presentes en cada bocanada de humo, son los responsables del proceso de oxidación y envejecimiento prematuro de las células de nuestra piel. Diversos estudios han demostrado que la piel de los fumadores, cicatriza peor, se arruga antes y es mas propensa a padecer cáncer.
- BEBER AGUA:
Un 1,5 litro de agua al día, especialmente fuera de las comidas evitará que la piel se deshidrate perdiendo su brillo y espesor, igual que le pasa a una uva al convertirse en pasa por faltarle agua. Recordemos que el cuerpo humano está compuesto de un 70% de agua y la piel es el órgano mas extenso del organismo.
- COMER BIEN:
Una alimentación rica, variada y equilibrada es esencial para lucir una buena piel. Debe incluir hidratos de carbono (cereales, fruta,…) por las mañanas y proteínas (carne, pescado, clara de huevo, etc) por las noches, para fabricar los componentes de la piel. No pueden faltar 3 raciones de verduras al día y 2 de frutas de diferentes colores para aportar los antioxidantes y las vitaminas necesarias.
- DORMIR SUFICIENTE:
Para poder fabricar el colágeno, la elastina, el ac. hialurónico y otros componentes de la piel, es necesario dormir al menos 6 horas seguidas. Y es preferible hacerlo sobre la espalda. Las personas que duermen de lado suelen presentar líneas y marcas en la piel, así como hundimiento más marcado del pómulo, en el lado que apoyan, que puede hacerse permanente con el tiempo.