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Carboxiterapia ¿Para qué sirve? ¿Es el tratamiento que me conviene?

Se define como la administración tisular controlada de CO2, mediante infiltración subcutánea, y consiste en la administración de pequeñas dosis de anhídrido carbónico, un gas estéril usado en medicina con total seguridad desde hace años, que se infiltra en la dermis profunda y en el tejido graso.

 

Sus INDICACIONES son múltiples en diferentes campos de la medicina: arteriopatías periféricas, microangiopatías, disfunción eréctil de naturaleza vascular, úlceras, quemaduras, psoriasis, artritis.

 

En Medicina Estética la empleamos en el abordaje de la celulitis, el acúmulo local de grasa, la flacidez, las estrías, pre y post-quirúrgica (dermolipectomías, liposeculturas) y en alopecia, según nos cuenta la Dra. Carlota Hernández Sanz.

 

Su historia arranca en Francia en 1930,  en la estación termal de Royat, donde  se aplicó por primera vez de forma subcutánea, con excelentes resultados en arteriopatías. 

En 1935 comienza ha utilizarse de forma percutanea. Y en 1945 se acuña el término de Carboxiterapia.

En 1953 el cardiólogo Dr. Jean Baptiste Romuef publica un trabajo basado en 20 años de experiencia con infiltración subcutánea de CO2 en pacientes con arteriopatías periféricas de diferente índole (Síndrome Raynaud, acrocianosis, microangiopatías, …), con resultados esperanzadores en cuanto a la recuperación funcional, demostrando así la su eficacia y su seguridad.

 

Su uso en Medicina Estética se registra por primera vez en 1992 en Italia, gracias al artículo del Dr. E. Belotti y el Dr. De Bernardi publicado en la revista “La Medicina Estética”: “Utilizzazione di CO2 termale nella pannicolopatia edematofibrosclerotica (PEFS)”. Y en 1994, durante el XVII Congreso Nacional Italiano de Medicina Estética se presenta un estudio del Dr. S.B. Curri y colaboradores referente al  “Efecto del CO2 subcutáneo en la microcirculación”.

En el año 2001, la Universidad de Siena, Italia, paso a tener en la cátedra en Cirugía Plástica impartida por el Dr. Prof. C. D’Aniello, con formación en carboxiterapia.  Y actualmente la Carboxiterapia esta difundida en Europa, EEUU y América Latina.

 

Son tres los efectos observados en un tejido tras la inyección de CO2 (dióxido de carbono)  a nivel subcutáneo:

 

  • OXIGENACIÓN tisular:

Esto se explica gracias al Efecto Bohr, según el cual, la hemoglobina tiene más afinidad por el dióxido de carbono (CO2) que por el oxígeno (O2), de modo que al inyectar el CO2 en el tejido subcutáneo, éste sirve como estímulo para que los eritrocitos  liberen más O2 en la zona y se oxigenen mejor los tejidos tratados.

Gracias a este efecto, se emplea con éxito en el tratamiento de la alopecia, sobre todo en pacientes de edad avanzada y/o fumadores, donde el aporte de sangre y óxigeno a sus folículos pilosos, se encuentra comprometido.

 

  • VASODILATACIÓN:

El CO2 produce una relajación de la musculatura lisa de los vasos sanguíneos,  propiciando una vasodilatación y mejorando el flujo de sangre en la zona tratada.

 

Con la vasodilatación y la mejor oxigenación tisular, aumenta el metabolismo local, activándose la síntesis de factores de crecimiento (endotelial y fibroblástico), que estimularan la formación de nuevos vasos sanguíneos y activarán la síntesis de colágeno.

Y aumenta también el flujo de nutrientes, entre ellos las proteinasas, que son necesarias para remodelar los componentes de la matriz extracelular y aquellos imprescindibles para iniciar la reparación tisular. 

Gracias a este efecto, la Carboxiterapia se ha demostrado muy eficaz en el tratamiento de las heridas, las estrías, la flacidez y la alopecia.

 

Por último, pero no menos importante, la vasodilatación originada tras la infiltración del CO2, facilita la reabsorción del líquido retenido,  contribuyendo en la reducción del éstasis venoso. Y esto es clave en el tratamiento de la celulitis.

 

  • LIPOLISIS SIMPATICOLÍTICA:

El gas infiltrado produce una hiperdistensión del tejido subcutáneo, lo que propicia la activación de receptores de presión (baroreceptores). Y al hacerlo, se estimula la liberación de algunos mediadores químicos (bradiquinina, serotonina, histamina y catecolaminas), que activan la lipolisis en los adipocitos del área tratada o lo que es lo mismo, propician una disminución del volumen de las células grasas.

Por eso la Carboxiterapia se emplea con éxito en la reducción del acúmulo local de grasa.

 

En Arts Médica empleamos con éxito este tratamiento desde hace 15 años, para el abordaje de diferentes patologías. Y aunque tiene algunas restricciones a la hora de ser empleado, por ejemplo, no se podrá realizar la sesión en los días del periodo menstrual y no les dejaremos fumar hasta pasadas 2-3 horas tras la sesión, la Carboxiterapia, se ha postulado como uno de los tratamientos imprescindibles en nuestra clínica para la remodelación corporal.

 

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